Suena increíble que el país más corrupto del mundo sea Nueva Zelanda y nosotros ocupemos el lugar 89 en este rubro, pero la incongruencia llega al punto máximo cuando ubican a México como el 5 país más violento en inseguro y Nueva Zelanda está dentro de los primeros que mantienen estabilidad política y sistemas democráticos en buen estado. ¿No es contradictorio que el país más corrupto se encuentre por encima de nosotros? ¿Será que la gente está consciente del dónde y cómo está? ¿O más bien las declaraciones de nuestro dirigentes en cuanto a la relación entre corrupción e inseguridad están un poco erradas?
Como mexicano estoy seguro de que todo empieza desde nosotros, la urgencia, la falta de previsión y por supuesto, esa falta de responsabilidad ante las consecuencias de los actos que realizamos, nos convierten en ese ente torcido, que se justifica ante el acto de corrupción con una excusa que se torna en “razón válida” para dar una mordida o soborno, colarse en una fila, copiar en un examen, evitar un trámite, voltear la cara y fingir que no pasó nada cuando un amigo hace algo mal o porqué no, justificarlo y defender el acto a capa y espada.
La corresponsabilidad lleva de la mano una serie de actos encadenados que a la larga repercuten en nosotros mismos y es ahí donde se hace presente la queja y el malestar. Suena muy sencillo decir “llámalos por su nombre, corrupto”, pero cuándo empezaremos a hacerlo frente al espejo… No es válido quejarse de lo que uno ha hecho y aventar culpas a diestra y siniestra, tampoco es válido olvidar que el participar en cualquier acto de corrupción nos acerca más a un escenario inseguro.
Por otro lado se ha generado una ola de números 01-800 en los cuales puedes denunciar desde actos ilícitos hasta situaciones de violencia, pero en verdad quién se da a la tarea de utilizar estos canales. No estoy diciendo que no funcionen o que no se utilicen, pero sí afirmo que nunca he utilizado alguno como seguramente la mayoría de los mexicanos.
El no hacer uso de estos canales que cada vez son muchos más, nos hace responsables de un estancamiento social, en el cual la queja con el de al lado es el pan de cada día, pero cuándo empezaremos a tomar la responsabilidad y dejar la apatía que nos llena de pies a cabeza.
Como mexicano estoy consciente de la situación o situaciones de mi país, el cambiar de colonia, calle, demarcación delegacional o estado se convierte en un volado que yo mismo he propiciado, que todos hemos generado y que no reconocemos. Seguiremos en un sube y baja de inseguridad, corrupción y mentiras, mientras dejemos pasar de largo y voltear la cabeza cada vez que se presente una situación como las antes mencionadas.
Comencemos a usar los canales adecuados, aquellos que nos ponen a la mano y hagámoslo de forma seria, sin juguetear ni chistar, porque al hacerlo, lo único que produciremos será que dejen de existir las vías y que cada vez más mexicanos se conviertan en entes faltos de valor, responsabilidad, honestidad y calidad humana.
Hoy por hoy pienso en ser un mexicano más, pero no del montón, sino uno de los que se sume a la corta lista de soñadores e ingenuos (como los llaman), que buscan hacer las cosas diferente, que necesitan levantar la voz y mirar de frente, no voltear y aventar culpas. Soy lo que soy y en verdad te pido me disculpes por haber propiciado en algún momento que la corrupción creciera…
No hay comentarios:
Publicar un comentario